sexta-feira

El alma poética del pueblo portugués*




João de Deus Ramos nace en el 8 del marzo del año 1830, en São Bartolomeu (San Bartolomé) de Messines, hijo de José Pedro Ramos, comerciante, y de Dueña Isabel Gertrudes Martins.

Los primeros estudios escolares (‘instrução primária’) los cumple en su casa, pues su madre se los enseña, hecho que, años más tarde, vendrá a revelarse fundamental para la elaboración de su obra conocida como Cartilha Maternal, su Cartilla didáctica. Lo característico de esta — que consiste en un verdadero manual de alfabetización, con su estilo que parece natural y simple —, es su método innovador en la enseñanza de la lectura (e, a través de la lectura, de la escrita ) del Portugués...

En sus versos aprendí a amar a Portugal; en su ‘Cartilha Maternal’ aprendí a leer el portugués y enseñé mis hijos a leer”, escribe la monarca portuguesa, Reina Dueña Amélia.
Después de haber estudiado en un Seminario religioso, concluye los ‘estudios preparatorios’ que le permiten ingresar a la Facultad de Derecho en Coimbra.
Su licenciatura, su carrera académica — como él mismo lo dice en su modo pintoresco y gracioso — le tomó diez años, así como la guerra de Troya, al fin de la cual se va quedando por Coimbra, en el ambiente de los estudiantes, con sus tertulias y bohemia.
Asuntos familiares y el poco dinero lo hacen volver a su región, Algarve, en el año 1862. Pero su espíritu rebelde lo desvía hacia Beja (en la región del Alentejo), donde permanecerá dos años ocupado con la redacción del periódico local ‘O Bejense’.
Por fin, vuelve a São Bartolomeu de Messines, así como a otras tertulias que tienen lugar en Silves, en la casa de José António Garcia Blanco quién, junto con Domingos Vieira, lo convence, en el 1869, a que acepte disputar la elección de deputado à las ‘Cortes’.
Una vez elegido deputado por el círculo electoral de Silves, cambia su residencia — aunque disgustado — hacia Lisboa, donde se sitúan las ‘Cortes’. La política, no lo encanta. Es rara su presencia en las sesiones de la Cámara política, donde se queda por una legislatura y solamente por aprecio y consideración a sus amigos. Lo que, sí, prefiere es el parlotear y la movida del Café Martinho, conocido como ‘o Martinho da Arcada’.
Se casa, tardíamente, con Dueña Guilhermina Battaglia, de quién tiene quatro hijos — dos varones y dos mozas ­— condición que le impone el abandono del modo de vida anterior.
Es nombrado y asignado Comisario General de la Enseñanza de la Lectura, por vía del método, declarado nacional, de su autoría: la Cartilla Maternal.
Poeta, de excelencia; periodista, de paso; pedagogo, por amor; político al azar…
Estudiamos y con el, un día tras el otro, aprendemos.
Hoy, sin embargo, es tiempo de dar la voz a algunos de sus pares, a fin de revisitar al poeta, dejando al periodista para los entendidos, al pedagogo para los eruditos e, al político, para los más interesados…
João de Deus baja más hondo en la indagación del sentido oculto de la existencia y, al mismo tiempo, sube más alto para enfrentarse, como raros poetas portugueses lo han hecho, con la esencia inmutable de todas las cosas” — escribe David Mourão-Ferreira.
Como el mismo me confió muchas veces, tuve siempre el habito de componer mentalmente, siendo moroso en la composición, enmendando y alterando a menudo lo que hiciera y solo escribiendo lo que ideara cuando opinaba haber alcanzado la forma definitiva" — afirma Eugénio de Castro.
De hecho, lo comprueban algunas cartas y algunos poemas suyos, así como la escritura suya y/o su diseñar, en distintos suportes, un poco por todo y cualquier lugar, y como también lo confirma el propio cuidado en la corrección y revisión de la edición ‘Campo de Flores’, cuidado relatado por Teófilo Braga en el prefacio de la 2.ª edición.
Y el Dr. Joaquim Magalhães comenta — “La simplicidad de la poesía de João de Deus es el resultado de um trabajo de perfeccionamiento el cual, en mi opinión, da mucho más valor à la obra (…). Es el trabajo de apuramiento para lograr la perfección que nos da la impresión de espontaneidad y de simplicidad.”
Indiferente a escuelas literarias, el ‘poeta messinense’ se mantiene atávicamente, ligado a su verdad, simple, ardiente, encantada y elevada. Los temas fundamentales de su lírica son Dios y la Mujer, el Trascendente e lo Erótico.
La sátira, trabajada en sus últimos años de Coimbra, tiéntalo, así como las fábulas, aunque no alcancen el nivel de su lirismo.
La poesía de João de Deus, distante del erotismo ultra-sentimental y pretencioso, y de los ideales filosóficos y revolucionarios que caracterizan la obra de los Ultra Románticos, se expande en sensualidad y veneración, pero ingenuas y frescas, junto con el deseo, varias veces presente en sus versos, que se reviste de pura naturalidad.
João de Deus también hesita, interroga y duda, pero pronto renace para volver a creer… en el povo… desde donde viene y hacia donde regresa, siempre, como poeta. Popular y noble…
Popular, porque es apreciado por personas de un vasto espectro socio-económico y cultural, desde las más eruditas hacia las que no lograran alcanzar a ese escalón de conocimiento” — reconoce su bisnieto, António Ponces de Carvalho.
En 1868, José António Garcia Blanco colige sus poesías bajo el título ‘Flores do Campo’, cuya 2.ª edición sale en Porto, en el año siguiente, el mismo año de la colectánea ‘Ramo de Flores’.
En 1893, Teófilo Braga edita todo lo que el poeta tenía disperso en ‘Campo de Flores’, cuya nueva edición, que ve la luz en el 1896, todavía empezara por ser revisada por João de Deus.
En el día 8 del marzo del 1895, Estudiantes de Lisboa, Coimbra, Porto, Santarém, Braga, Lamego y Portalegre, junto con Representantes de la Prensa Portuguesa, el Pueblo anónimo y los Niños, muchos Niños, se manifiestan cerca de su casa, en Estrela (local de Lisboa).
Lo proclaman socio-honorario, La Academia Real de las Ciencias y el Instituto de Coimbra.
En el día 9, después de nueva manifestación, se sigue un sarao en el ‘Teatro D. Maria’, al que asiste Don Carlos. En apoteosis, el Poeta sale de la sala sobre las capas, tendidas en el suelo, de los Estudiantes, quienes lo llevan a casa, pujando ellos mismos su tren, suelto.
João de Deus fallece en el 11 enero del 1896, habiendo sido su funeral una nueva manifestación nacional, aunque, ahora, de pesar. Sepultado, inicialmente, en los ‘Jerónimos’ fue, después, trasladado al ‘Panteão Nacional?’.
Si hay pasiones infantiles, yo puedo decir que, para mí, João de Deus fue una secreta y grande infantil pasión. Toda aquella mansedubre era belleza, fuerza mágica a la que yo no sabía nombrar, y aprender a leer fue así como el aprender a amar” — registra Matilde Rosa Araújo; y nosostros, en la humildad de nuestro saber, lo suscribimos.

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* Eça de Queiroz.


Trad.- doutoranda Maria de Fátima Toscano